Por: Gerardo Rodríguez Fernández
Para validar la superioridad de la fotografía por sobre el texto, los artistas del lente esgrimían una frase que ya es un clásico: una imagen vale más que mil palabras. Sin embargo, en tiempos en que impera el audiovisual, la sentencia se ha modificado para encumbrar aún más a la imagen en movimiento: en un minuto de video cabe la misma información que en 1.8 millones de palabras.
Exagerada o no, la estadística habla a las claras de la preeminencia alcanzada por el audiovisual en todos los ámbitos de la vida cotidiana, donde el mensaje inmediato se impone al análisis sosegado, el golpe de efecto le gana el pulso a la emoción a largo plazo. El mundo parece un frenético videoclip.
De ahí que cada día gane protagonismo el audiovisual en las campañas de marketing digital, sobre todo por su capacidad para generar empatía en las audiencias y captar atención de forma prácticamente instantánea. Es, además, un producto fácil de consumir, que ofrece tanta creatividad como el autor sea capaz de colocar al alcance de un play.
Más del 85 por ciento del tráfico en Internet está ocupado ahora mismo por productos comunicativos en formato audiovisual, desde archivos de gran tamaño que requieren de enormes velocidades de conexión, hasta materiales ligeros en formatos accesibles para todos, que resultan ideales para el marketing digital; estos últimos son especialmente recomendables en el entorno cubano, signado por altos precios y dificultades para la navegación por el ciberespacio.
Facebook, Twitter, Instagram y prácticamente todas las redes sociales de alcance mundial han sucumbido al poder arrollador del video, sin llegar a competir con YouTube, como es lógico —el mayor reservorio de videos de la red de redes—, pero han debido abrir espacios para posicionar audiovisuales porque los públicos lo piden con insistencia. El hecho de que las redes sociales permitan postear imágenes en movimiento está siendo aprovechado de forma inteligente por agencias como Gerbet, con años de especialización en marketing digital.
Un video breve y emotivo, que apele al sentimiento más que a la razón, constituye un arma promocional que, bien usada como parte de una estrategia coherente, sin lugar a dudas puede contribuir al posicionamiento de la marca digital de los negocios.
2 respuestas
Más que los video, yo creo que se debería analizar el caso de los gifs animados, los cuales pueden tanto contenido como un video de 1 min (yo aconsejo de menos de 30 seg, cultura no tan expandida en el país), y pesan mucho menos, lo que los hace muy prácticos para la realidad cubana.
Es cierto, cuando ves a un joven ensimismado en su teléfono, por lo general está en una app de mensajería o viendo un vídeo. Creo q en Cuba todavía somos lentos produciendo videos cortos e inmediatos para compartir contenido en las redes. Hay miles de herramientas gratuitas en internet q se pueden usar para ello. Es una sugerencia.