Por: Yanelys Hernández Cordero
Son tiempos en los que el marketing social adquiere o debería adquirir especial preponderancia en pos de influir en el comportamiento de las personas para mejorar su salud. Se trata de modificar actitudes y hábitos para lograr un mayor bienestar social usando para ello herramientas o conceptos del tradicional marketing comercial. La ciencia está trabajando arduamente con sus recursos para enfrentar esta pandemia global que cambia la vida de miles de personas minuto a minuto; las empresas o áreas de comunicación están en la obligación de apoyar en este sentido.
Si bien el marketing social se ha aplicado mayormente en función de sectores específicos de la población dígase deportistas, amas de casa, fumadores, etc. hoy la sociedad demanda de productos y/o servicios amigables a un nivel macro para enfrentar este virus. Hay que pensar particularmente en esos individuos que aún no logran comprender el impacto y las consecuencias que sus acciones pueden tener en la vida de otros. Dígase la importancia de lavarse las manos, de usar nasobuco, de mantener la higiene en el hogar, entre otros aspectos. ¿Cómo motivarlos desde nuestros productos o servicios?
En un momento donde todos se preguntan ¿cómo afrontarán las cuentas de su negocio? Entendemos totalmente que es un asunto preocupante pero les pedimos que sumen una nueva interrogante y se planteen ¿cómo aplica el marketing social su empresa, tanto a lo interno como de cara a sus públicos externos? Si no es ahora, cuándo nos fijaremos más en el consumidor y sus necesidades reales en vez de centrarnos en los productos; si no es ahora, cuándo nuestros negocios dejarán de realizar un par de acciones aisladas para decir que “somos socialmente responsables” en vez de que nuestras empresas tengan un verdadero impacto en la sociedad, de hecho, que ese sea uno de sus objetivos principales (…) Si no es ahora, ¿cuándo?