Responsabilidad Social en el Contexto Digital

Por: Karla Esquivel Báez

Hoy por hoy, hablar de éxito en el entorno corporativo sin tener presente la responsabilidad social como un factor de peso resulta prácticamente una falacia.

Ya sea mediante acciones aisladas o desde un enfoque estratégico, lo cierto es que, frente a un mercado mundial cada vez más competitivo, se hace primordial prestar atención a este concepto.

La Responsabilidad Social Corporativa, o RSE, es el conjunto de acciones medioambientales, culturales y sociales que una empresa realiza para favorecer el entorno en el que se desenvuelve. Donaciones a ONGs, creación de proyectos comunitarios, mejora de infraestructuras para personas con discapacidades, comunicación, transparente…: todas resultan medidas socialmente responsables que una empresa o emprendedor puede asumir.

Pero, y si lo llevamos al contexto digital: ¿Cómo entonces podemos aplicar la responsabilidad social?

A través de sitios web, blogs y perfiles en redes sociales nuestras empresas construyen y afianzan su identidad, mantienen relaciones con sus público meta así como emprenden acciones para alcanzar a otros segmentos de públicos potenciales.

La presencia de un emprendimiento en el contexto digital es una extensión de su presencia física. Por tanto, lo que una empresa diga o comparta en sus espacios virtuales debe estar acorde a los valores que defiende. Ética, lógica y respeto se vuelven entonces las palabras claves.

Muchas veces, con tal de crear empatía con la audiencia, una página comparte un meme que, con el efecto de ser gracioso, termina ofendiendo a determinado segmento de público; o peor, resultando en una publicación sexista, racista, xenófoba u homofóbica.  Hay que ser extremadamente cuidadosos con los contenidos que tomamos de otros sitios: pues una vez en nuestros perfiles, forman parte de nosotros.

De manera similar ocurre con las noticias tomadas de medios de prensa. Hay que verificar siempre que la fuente de la información sea confiable, corroborarla con otros medios antes de creerla o difundirla. El internet está plagado de noticias falsas o fake news.

Muchas veces, a falta de contenidos propios, tenemos que recurrir al Internet en busca de imágenes.  Debemos cerciorarnos entonces de referenciar al autor de la foto o el diseño que vamos a utilizar; no resultaría nada conveniente que nos acusen de plagio por no respetar los derechos de autor. Si bien es cierto que muchas veces este dato no aparece, resulta mejor recurrir a sitios de imágenes libres como freepik o pixabay.

Por otra parte, si nuestra búsqueda está relacionada con personas, nos encontramos ante la siguiente situación: la mayoría de las fotografías del Internet utilizan como modelos a personas de piel blanca, rasgos europeos y complexión delgada. Cuidado entonces con no abusar de este tipo de imágenes y perdernos de posibilidad de ofrecer un enfoque inclusivo en nuestro emprendimiento.

Se debe evitar sobresaturar a nuestros usuarios con exceso de información. No sólo por la extensión de las publicaciones, sino también por la frecuencia. Una o dos veces por día será suficiente para mantener el vínculo con el público. Alejarse a toda costa de los mensajes spam es también piedra angular en este empeño.

Estas y otras medidas, que bien pudieran verse como buenas prácticas empresariales en el contexto digital, responden al criterio de Responsabilidad Social.

Construir perfiles donde se pueda apreciar el humanismo, se defiendan valores y se fomente la empatía con los usuarios, redundará inevitablemente en un mayor engagement con la comunidad y en el fortalecimiento de la marca digital de cada negocio.

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